sábado, 21 de diciembre de 2024

Reacciono a la columna “El Milagro de Milei” de Axel Kaiser.

Tamaña fue mi sorpresa al encontrarme hoy una columna en El Mercurio, en la Axel Kaiser hablaba sobre el milagro de Milei en Argentina.

En primer lugar, fuera de los constantes ejercicios de pedantería que me parece no vienen al caso en una columna, discrepo en lo que indica en el primer párrafo, en el sentido que los economistas, empresarios e intelectuales preferían a personajes de izquierda bien comportada en lugar de alguien que “traiga soluciones”, para sacar a la Argentina del desastre de un siglo de gobiernos de izquierdas con parásitos mentales como los derechos sociales, ya que los que eligen son los votantes, que, por lo general, no consideran a los políticos.

Con respecto a los derechos sociales viene mi segunda discrepancia. Es decir, despreciar los derechos sociales por despreciarlos, es una torpeza; ya que si el Ministerio de Desarrollo Social asume esa tarea, y mediante un esfuerzo conjunto y combinado público y privado, aplicando el principio de subsidiariedad como corresponde, especificando, por consiguiente, los deberes de cada cual, el cumplimiento de los “derechos sociales” es perfectamente realizable.

La tercera discrepancia que tengo, guarda relación con el análisis económico, ya que no menciona que ha pasado con los empleados públicos que han sido desvinculados, y tampoco menciona nada respecto a la generación de nuevos puestos de trabajos, tanto para los desvinculados del sector público como para los ciudadanos de a pie que hace mucho que no logran encontrar trabajo.

La siguiente discrepancia que tengo con lo expresado por Kaiser en su columna, tiene que ver con el hecho de asignarle a los que él llama “los gigantes de la economía y la filosofía”, el hecho que nuestro país haya salido de la debacle setentera. Si somos honestos, lo que sacó a Chile del desastre de la UP fue el Plan con objetivos estratégicos de largo plazo, con políticas públicas de mediano y largo plazo por ministerio, y con planes logísticos de alto nivel anuales organizados por el Gobierno de las FF.AA. y Carabineros de Chile. Planes que entre otras cosas incluían lo que Kaiser denomina “batalla cultural”, la cual estaba a cargo de don Sergio Melnik, ex Ministro de Desarrollo Social.

La última discrepancia que tengo con Axel Kaiser, se relaciona con la sugerencia final que él le hace a la centro derecha, en el sentido de “copiar la vía Milei al éxito”. En mi opinión lo que la centro derecha chilena debe hacer es volver a aplicar las lógicas de planificación estratégica y motivación nacional implementadas por el gobierno de las FF.AA. y Carabineros de Chile, ya que son una vía al éxito conocida y que sabemos que sirve.

Recordemos que los chilenos no somos iguales a los argentinos.

Atte.
Pablo Thauby.
Ingeniero Comercial
Ex EaC Logístico Autoridad Marítima.
Magíster en Ciencia Política
21 de diciembre de 2024

jueves, 19 de diciembre de 2024

Perdimos nuestras libertades… ¿En serio?!

Si analizamos esta afirmación, en primer lugar nos damos cuenta que se basa en emociones -el “yo siento que…”-. Su primera manifestación se presentó al establecerse las cuarentenas. La derecha más dura y recalcitrante vivía alegando, mientras que la gente sensata y los “ninis” acataban las restricciones, usaban mascarillas, respetaban los turnos y las capacidades de las tiendas, mostraban su credencial sanitaria al ingresar a los mall, y se pusieron las vacunas reglamentarias oportunamente; y, por lo anterior, eran llamados ovejunos y/o vendidos al onunismo-globalismo. En ese mismo periodo adquirieron gran fuerza dichas teorías conspirativas, que antes suscitaban poco o ningún interés en la sociedad.

Hacia fines del primer año de Piñera II, se le dio gran auge a la implementación de la agenda 2030 de la ONU en nuestro país, lo cual era esperable, dado que el Presidente tenía al Congreso en contra, y dicha corporación no recibía a tramitación ningún Proyecto de Ley que no incluyera a lo menos algún elemento de la mencionada agenda. Además,  Bachellet era Alta Comisionada de DD.HH. en dicha organización internacional y su amiga Silvia Rucks era la responsable de su implantación en Chile.

Ahora bien, si lo vemos en términos reales, dejando de lado la emocionalidad que nubla el pensamiento crítico, este año, en el pleno de la ONU, Antonio Guterres mencionó que dicha agenda sólo había avanzado un 30% a nivel mundial, lo que hacía necesario aplazarla hasta el 2045. En ese contexto, si consideramos que la agenda en cuestión vista desde el prisma de la izquierda es desastrosa; sin embargo, si se aplica bajo lógicas de derecha, es sumamente positiva, ya que incorpora elementos de economía circular, de cuidado del medio ambiente, de mejora alimentaria, de equidad dada por el correcto uso del principio de subsidiariedad, ergo, aplicando economía social de mercado. En definitiva, en términos del próximo gobierno, me parece bien que Boric haya firmado que seguimos en la aplicación de la agenda.

En definitiva, respecto a la agenda, hablamos de una utopía que no ha avanzado prácticamente nada por la inoperancia de sus operadores y por la sinvergüenza de los miembros de la izquierda radical nacional; y, bajo la visión de izquierda, tampoco lo hará en el futuro, ya que el progresismo y el wokismo, como indica el libro de don Fernando Villegas, tuvieron su “debut y despedida”. Ergo, ¿como continuar la implementación de una agenda que no tiene base ideológica?, ¿Cómo imponer una agenda cuyos exponentes locales, Venezuela, Cuba, Brasil, Nicaragua, y sus brazos operativos, el ex-foro de Sao Paulo y el grupo de Puebla, despilfarraron sus recursos?, ¿Cómo podría la ONU que no dispone de FF.AA. ni Policía propias obligar a nadie a cumplir nada?

Evidentemente las eventuales ganancias que haya podido obtener la izquierda progresista chilena, serán anuladas a contar del próximo gobierno. No habrá soluciones mágicas, ya que eso conlleva que la sociedad vaya a votar y vote bien, y por otro lado, que le exija a los partidos y a sus Diputados que defiendan los intereses nacionales.

Atte.
Pablo Thauby.
Magíster en Ciencia Política

miércoles, 11 de diciembre de 2024

El próximo gobierno de Chile...

Cualquiera que haya leído las “Crónicas de Lawrence de Arabia”, habrá podido constatar el problema que ese brillante Oficial británico tenía entre manos.

Su Mando, en Inglaterra, lo envió al desierto para comandar una revuelta árabe contra el bloque Turco-Alemán. Al llegar a destino, descubrió el gran problema político, social, religioso y de autoridad con el que tendría lidiar, previo a iniciar la revuelta… En definitiva, tenía que determinar y entender quiénes y cómo eran los árabes, y como se organizaban tribal, familiar y militarmente.

Finalmente entendió que los árabes no eran tribu única, es decir, tenían diferencias regionales, familiares, religiosas (dentro de los árabes había cristianos católicos, cristianos coptos, cristianos ortodoxos, y habían musulmanes chiitas y sunitas) con jerarquías, costumbres, horarios de rito y temporadas de pastoreo animal diferentes, y que tenían usanzas sociales distintas entre sí, etc.  En tales circunstancias, Lawrence tomó consciencia que la única forma de poder cumplir la misión que le asignó su Mando, pasaba por resolver una “enfermedad”, en vez de limitarse a abordar “síntomas”, es decir, debía conformar unidades de combate mediante las cuales las “usanzas árabes" no interfirieran con las acciones militares.

Si lo anterior lo llevamos a nuestro país, se han identificado algunos supuestos enemigos.  La ONU, la agenda 2030/45, el socialismo de siglo XXI, el progresismo, y el globalismo, entre otros.

Pero, serán esas cosas la enfermedad o son síntomas de la decadencia de un sistema político que no da más?

Todo indica que los intelectuales no han hecho bien las tareas, en términos de detectar bien la enfermedad, ya que, si vemos la situación chilena, los analistas locales sólo se han limitado a abordar los síntomas antes mencionados ya que a todos nos resultan fáciles de entender dada nuestra experiencia histórica setentera; sin embargo, no profundizan más allá sobre la crisis política real, ya que eso necesariamente implica abandonar trincheras y llegar a acuerdos razonables para todos.

En ese contexto, pocos son los que han visualizado que la mejor opción para el próximo gobierno, liderado por Matthei -que es la que capta la mayor intensión de voto-, es a través de la formación de un gran centro político y social, que congregue desde RN y EVOPOLI hasta la UDI, en la centroderecha, incorporando a “hombres buenos y Patriotas de centro izquierda”, de la ex-concertación -que son de probada trayectoria política-. Mientras mantiene a dos grupos en los bordes, el PC y el FA en la izquierda radical, y Republicanos y otros en la derecha más dura, de tal manera de poder representar a todo el espectro; pero donde la voz sonante esté en el centro.

El mundo está cambiando, las élites a las que estábamos acostumbrados están siendo reemplazadas por nuevas, los regímenes propios de la Guerra Fría están siendo sobrepasados y, otros tantos, están recurriendo a nuevos mecanismos multilaterales en los que prima la conveniencia mutua.

Por otro lado, qué es lo que nos indica lo anteriormente expuesto, que el verdadero patriotismo se mide cuando los ciudadanos -todos, incluyendo a los civiles de a pié, a los políticos, a los académicos, etc.- estamos dispuestos a poner los intereses de la Patria, la tierra que heredamos de nuestros padres, y sus más altos objetivos estratégicos, con toda la carga valórica y moral que ello implica, por sobre cualquier otro interés personal o de poder.

En definitiva, en Chile cabemos todos, no sobra ni debe faltar nadie; es decir, tenemos que madurar política y cívicamente y llegar a acuerdos razonables, de tal manera de lograr un gobierno que nos gobierne a todos en el próximo periodo y una sociedad comprometida con ese gobierno y su gestión!!

Atte.
Pablo Thauby.
Magíster en Ciencia Política

lunes, 9 de diciembre de 2024

La batalla cultural para recuperar Chile.

No me gastaré en analizar los conceptos posmodernos de “ultraderecha” y “progresismo”, ya que sólo corresponden a una moda que se presenta como una “lucha ideológica” de minorías extremas irrelevantes.

En ese contexto, hay quienes indican que en Chile no hay ultraderecha, pero sí la hay, y está dada por todos esos grupos, grupitos, grupúsculos, movimientos, creencias y partidos en formación que están más a la derecha de Chile Vamos y Republicanos.

Dichas minorías (ultraderecha y progresismo), en definitiva, desarrollan una “lucha discursiva”, muy liviana y superficial, en base al vaciamiento y relleno de significado de determinadas palabras que generan acciones y reacciones emocionales odiosas entre ambos extremos, que al grueso de la población no le importan en lo más mínimo.

Verbigracia. Veamos el caso del plebiscito de salida del segundo intento constitucional.  Hasta el día de hoy ambos extremos (ultraderecha e izquierda radical) siguen peleando para ver quien se lleva el 56% del voto en contra; siendo que en la práctica ese 56% es la suma de dos minorías con visiones e intereses absolutamente irreconciliables, correspondiendo la ultraderecha a la menor de las minorías.

Como sea, la lucha discursiva entre ultraderecha y progresismo corresponde a ideas tan peregrinas que únicamente los miembros de dichas posturas extremas las creen, apoyan, entienden y difunden.

Un ejemplo clásico es cuando le preguntas a los miembros de dichas minorías, qué opinión tienen respecto al nuevo esquema mundial.
Los de “ultraderecha” son fácilmente identificables, ya que te contestan: Bueno, el N.O.M. consiste en la destrucción del Estado-Nación y la subyugación mundial a las órdenes de la ONU por medio de lo indicado en la agenda 2030 y la 2045; a las disposiciones de Davos, del Foro de Sao Paulo, del Grupo de Puebla, del Foro económico Mundial, de la OCDE y/o del Grupo Bilderberg; mientras que los progresistas te preguntan: ¿De qué estás hablando?, ¿cuál nuevo orden?

Evidentemente ningún extremo logra siquiera dimensionar lo que está en juego con el nuevo orden mundial multipolar que se está formando.

Como corolario podemos decir que ambas posturas extremas actúan en la lógica posmarxista de “relato mata relato”, ya que ellas no operan en el nivel lógico y racional, sino que lo hacen en un nivel mucho más bajo, básico y elemental, es decir, sólo activan percepciones, sentimientos y emociones; mientras que la población de a poco vuelve a la clave pragmática de “dato mata relato” y deja la emocionalidad para el fin de semana.  En castellano simple, la gente no quiere que le vendan “ideologías extremas y sueños”, sino que quiere cosas aterrizadas, tales como, recuperar el país, restaurar el orden y la seguridad, tener la tranquilidad para poder invertir sus recursos sin que se los quiten, y volver a trabajar.

Atte.
Pablo Thauby
Magíster en Ciencia Política

lunes, 2 de diciembre de 2024

La batalla cultural para recuperar la sociedad occidental.

Pero, ¿qué sociedad occidental queremos recuperar?

Si vemos como era la sociedad previo a la Primera Gran guerra alemana, en Europa aun existían los grandes imperios con algunos monarcas absolutos y otros tantos que con anterioridad habían pasado a constituirse en monarquías constitucionales o monarquías parlamentarias. En definitiva, no eran democracias propiamente tales.

Al término de la Primera Guerra Mundial, desaparecieron los grandes imperios, y sus territorios fueron atomizados en varios países que no constituyeran un riesgo real para los vencedores de dicha conflagración. Lo anterior, quedó establecido y formalizado en el Tratado de Versalles.

Seis años después del término de la Primera Guerra (1924), nace el Fascismo italiano, con Benito Mussolini (Il Duce), quien fijó como norma de vida, que: “el Fascismo representaba una «tercera posición», basada en el nacionalismo extremo, validando la violencia, el desprecio hacia la burguesía y la oposición frontal al marxismo, junto con la exaltación del Estado sobre los intereses individuales: “todo en el Estado, todo por el Estado, nada fuera del Estado, nada contra el Estado””.

En 1933, por su parte, nació en Alemania el nacional socialismo con Adolf Schickelgruber (Adolf Hitler), que se constituía en una variante germana del fascismo italiano, que se distinguía de aquel  en cuanto al racismo y segregacionismo antisemita, anti gitanos, anti enfermos físicos y mentales, etc.

El 22 de mayo de 1939, Alemania e Italia firmaron el llamado Pacto de Acero y formalizaron la alianza del Eje con disposiciones militares. Y el 1 de septiembre de ese mismo año Alemania invadió a Polonia, iniciándose la Segunda Guerra Mundial. Posteriormente, un año después, el 27 de septiembre de 1940, Alemania, Italia y Japón firmaron el Pacto Tripartito, conocido como la alianza del Eje, formalizándose la guerra en Europa, Africa, el Sudeste asiático y el Pacífico.

En mayo de 1945 finalizó la segunda guerra mundial en Europa, mientras que en septiembre del mismo año se rindió Japón. Y ¿primaron los valores y principios de la sociedad occidental? No, lo que primó fueron, nuevamente, los intereses de los países vencedores.

En definitiva, cada vez nos alejamos más de la democracia y de lo que alguna vez fueron los valores y principios de “la sociedad cristiana occidental”.

Posteriormente, con la guerra fría, desde 1945 hasta la caída del muro de Berlín y de la URSS, vino un nuevo devenir, supuestamente democrático y en base a los valores de occidente. Pero seamos honestos, fue tan democrático como pensamos y se basaba en los principios y valores de occidente, o siguió siendo una imposición del(los) vencedor(es).

Si somos honestos, y nos regimos por los planteamientos realistas y neorrealistas de la política, que establecen que:
- Postura realista: Establece que “el Poder”, mediante su mantención, acumulación, o abierta demostración, es el fin último de las relaciones entre países en pos del logro de sus respectivos Objetivos Nacionales.
-Postura neorrealista o anárquico internacional: Establece que la anarquía o falta de una autoridad superior que regule a los países, es subsanada con un control legal internacional imperfecto pero funcional.
Entretanto, los contrapesos y balances de poder se nivelan en base a un encuadramiento jerárquico entre países validado por consenso internacional que está en constante evolución, que es dinámico y competitivo.

El modelo de sociedad que hemos utilizado en occidente es el que nos impusieron los vencedores de las guerras mundiales y de la guerra fría; sin embargo, ese modelo económico y social ha demostrado que no está a la altura de las necesidades sociales, de la valoración de los intereses y objetivos estratégicos de cada país, no valora aspectos éticos, morales, familiares, tribales, de seguridad de cada Estado-Nación, etc.

Luego, más que gastarnos en tratar de resolver un sistema internacional que está fallando desde 1918, lo lógico es, atendiendo a los planteamientos realistas y neorrelistas de la política y de las relaciones internacionales, buscar el mejor acomodo a nuestras necesidades, usos, costumbres y urgencias de económicas y de seguridad, buscando socios permanentes y otros circunstanciales, mientras se alinean los nuevos poderes internacionales.

Atte.
Pablo Thauby
Magíster en Ciencia Política

lunes, 25 de noviembre de 2024

Milei en la CPAC: Trump, Milei, Meloni y Netanyahu, los paladines de la sociedad occidental.

En este Blog no analizaré los detalles relativos a los convenios suscritos entre Argentina, Italia, Israel y el equipo de Trump, sino que me limitaré a algo que por mundano que parezca, termina siendo esencial a la luz de los paradigmas realista y neorrealista de las relaciones internacionales, ya que me dejó “épater”.

En el marco de la reciente reunión de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), realizada a mediados de noviembre, en Florida, EE.UU., el Presidente Milei expuso ante la comitiva de la citada Conferencia, respecto a la forma en que está llevando adelante su mandato y la situación política y social en Argentina, y su visión geopolítica y geoestratégica regional, continental y mundial, ligada al combate al socialismo de sigloXXI.

Desconozco cuál será el suplemento alimenticio o vitamínico que consume el Presidente Milei, que eleva tanto sus endorfinas como para llegar al punto de plantear en su discurso, que: “Con Trump liderando en el norte, él en el sur, Meloni en Europa y Netanyahu forzando la paz en medio oriente, la sociedad occidental estará segura.”

Se plantea en fuentes de prensa que el 04 de diciembre habrá una nueva reunión de la CPAC, esta vez en Buenos Aires, Argentina, a la que asistirán, entre otros, Lara Trump, nuera del Presidente electo, y Jair Bolsonaro, quienes ya confirmaron su presencia.

Según fuentes cercanas al gobierno argentino, la presencia de Bolsonaro sería un respaldo significativo para Milei y su visión de fortalecer una coalición de líderes de derecha en la región, alineándose con figuras como Benjamín Netanyahu y Giorgia Meloni.

Es evidente que la propuesta del presidente Milei adolece de realismo en materia de relaciones internacionales, y ciertamente deja en muy mal pie a la diplomacia trasandina, ya que se guarda en el bolsillo a gobiernos europeos, tan importantes como Alemania, Inglaterra y Francia, que aunque tienen gobiernos socialdemócratas, son los principales socios comerciales y militares de EE.UU. en el viejo continente.

Atte.
Pablo Thauby
Magíster en Ciencia Política

viernes, 22 de noviembre de 2024

Y nos fuimos quedando callados… Otra vez!!

En este último año el 44% sensato, nos volvimos a quedar callados y cedimos a los gritos y creencias llamativas de minorías extremas, 38% de izquierda radical y 18% de derecha dura, respectivamente.

Hacemos el teatro de que los personajes extremos nos aburren y agotan; sin embargo, no hacemos nada en términos de realizar análisis serios tendientes a corregir sus malas ideas y teorías extrañas, etc... Simplemente nos callamos, mientras otros se limitan a decir, es lo que hay, si tenemos que bancarnos el discurso basura de la derecha dura, bien, todo sea por la unión de las derechas… y nos seguimos callando.

Como sea, en mis escasos 53 años, nunca me han convencido los “iluminados auto designados” que establecen “verdades absolutas” (onunismo, globalismo), y que deben ser comúnmente aceptadas y creídas por todos simplemente porque a ellos se les ocurrió que debe ser así, menos aun si dichas creencias son altamente cuestionables, a la luz de los cambios políticos internacionales, los nuevos balances de poder a nivel multipolar, el cambio del eje de la política internacional del atlántico al indo-pacífico, etc.

En ese contexto, hay personas de derecha dura, que consideran que mi discurso es “incendiario” por no someterme al relato “onunista, globalista” que los mueve, y que quieren imponer a como de lugar, discurso que es tan liviano y superficial que no les permite pensar con claridad, y deja en evidencia el completo desconocimiento de cómo operan ese tipo de organismos internacionales.

Hoy el onunismo, globalismo, en nuestro país (Chile) es el último pelo en la cola del perro en cuanto a importancia relativa; mientras que los conflictos asimétricos con componentes híbridos dados por las guerrillas del sur, las bandas del crimen organizado, el amplio uso de proxys internacionales para protección de negocios ilegales, como Hezbollah o el grupo Wagner, entre otros, son lo realmente complejo, proxys que están operando en Chile desde hace mucho tiempo. Consideremos que en Iquique (ZOFRI), hay personal de Hezbollah.

Evidentemente que si a Ud. le gusta evadirse con el onunismo, globalismo, y no quiere ver los problemas reales, bien por Ud, hágalo; no obstante, los conflictos a futuro en Chile no vendrán del onunismo, globalismo, ya que la ONU y compañía, van de salida gracias a los constantes desaciertos en materia de falta de aplicación de los principios de “realismo y neorrealismo” político internacional de su actual Secretario General, el neomarxista  António Guterres.

Finalmente, en cuanto al “ofertón” de Bukele de activar una nueva “Liga de las Naciones” a nivel regional, antes de entusiasmarnos, prefiero ver hacia donde apunta, ya que me suena peligrosamente a un “autoritarismo civil estilo setentero”, muy apuntalado por las Policías y las FF.AA., pero sin golpe, situación que obvia y evidentemente es muy desfavorable para los uniformados.
Una posible solución sería la que aplicó el presidente Noboa del Ecuador, en el sentido de establecer en los Decretos Presidenciales de Estado de Emergencia que todo el personal uniformado que participe en dichos Estados de Excepción, quedará inmediatamente amnistiado.

Atte.
Pablo Thauby
Magíster en Ciencia Política.

jueves, 21 de noviembre de 2024

¿Qué pasó en Chile...?

¿Un conflicto asimétrico con elementos híbridos, una revolución molecular disipada o una guerra civil molecular?

I.- Partamos con algunas definiciones

1.- ¿Qué es un conflicto asimétrico?
Un conflicto de este tipo se da entre fuerzas con capacidades desiguales en términos de personal, material, entrenamiento y capacidad de causarle daño al oponente.

Es decir, podríamos considerar que la CAM o las bandas del crimen organizado están en asimetría respecto a Carabineros y las FF.AA.

2.- ¿Qué es un conflicto híbrido?
Un conflicto de este tipo combina elementos de guerra convencional con elementos irregulares o asimétricos.

Es decir, podríamos considerar como elemento convencional el armamento automático de uso militar (fusiles M-16 y FAL) que utilizan en la CAM. Mientras que podríamos entender como elementos irregulares la “contratación de servicios de destrucción urbana” de los orcos de las barras bravas, y/o la desestabilización que producen las bandas del crimen organizado.

3.- Luego, ¿Qué es un conflicto asimétrico con componentes híbridos?
Un conflicto de este tipo suma la asimetría de las fuerzas en pugna mientras combina elementos de guerra convencional con elementos irregulares.

4.- ¿Qué es una revolución molecular disipada?
Si nos ceñimos a los escritos de Ernesto Laclau, Chantal Mouffe, Félix Guattari, entre otros. Ellos plantean que una “revolución molecular”, corresponde a la forma aleatoria -no planificada- en que minorías sociales se unen para manifestarse en la vía pública tras un interés común sin llegar a constituirse en un acto violento.

Por su parte, algunos influencers sudamericanos plantean que la revolución molecular, a la cual le agregan la palabra disipada, corresponde a un esquema de combate urbano -lo plantean como si se tratara de las antiguas células setenteras-, situación que no resiste análisis, ya que omite los preceptos básicos de Laclau y Mouffe.

5.- ¿Qué es una guerra civil molecular?
Corresponde a un modelo de lucha revolucionaria establecida por Hans Ezensberger, comunista y deconstruccionista alemán, que teorizó a partir de la Guerra de los Balcanes, y define dicho tipo de guerra como la manifestación violenta y destructiva de minorías identitarias disconformes, anárquicas y muy agresivas, que intentan por medio de la fuerza, doblegar y someter al Estado legítimamente establecido.

Ahora bien, si lo analizamos en profundidad y en términos históricos, intenta acercarse tímidamente al método contra insurgente aplicado por los franceses en Argelia. Modelo estratégico/táctico que aprendieron los galos en la Indochina con gran pesar y abundantes bajas inflingidas por el Vietminh (1948-1954).

En definitiva, ¿qué ocurrió en Chile y otros países sudamericanos entre 2019 la actualidad?

Los especialistas de lo que hoy se hace llamar “nueva derecha latinoamericana”, pensemos en Laje, Márquez, Lukacs, V. Kaiser, entre otros, que son lectores asiduos de autores de extrema izquierda deconstruccionista, woke, feminista extrema, etc., tales como, Laclau, Mouffe, Deleuze, Foucault, Guattari, Ferrajoli, Malthus, Ezensberger, entre los más connotados, probablemente dirán, y algunos ya lo han hecho, que a la sociedad occidental la afecta la deconstrucción onunista, globalista, del “nuevo orden mundial” (N.O.M.), la molecularidad de la revolución y de la guerra civil imperantes, descritas por Guattari y Ezensberger.

No obstante, la gente que busque análisis más serios y profundos debería investigar los entretelones políticos y estratégicos que envolvieron a los conflictos de Indochina, Vietnam, la revuelta argelina, Cuba, Angola, la revolución zapatista, la revolución sandinista, la guerra civil colombiana, por mencionar algunos de los más relevantes.

En cuanto al onunismo, globalismo, no es un asunto que me complique, ya que si somos honestos y serios, la ONU sólo tiene algún grado de poder en los países con gobiernos de izquierdas. En contrapartida, como podrían la ONU, Davos, el FMI, entre otros “organismos supranacionales”, imponernos que hacer teniendo un gobierno de centro-derecha o derecha, si dichos organismos no disponen siquiera de policía y FF.AA. para obligarnos a nada. Aquí volvemos a que la ONU y compañía sólo tienen algún grado de poder en los países con gobiernos de izquierdas.

II.- Luego, ¿Qué perseguía la revolución izquierdista?

El dispositivo insurgente busca desarticular los 4 Instrumentos del Poder Nacional, que son:
Frente interno, ciudadanía o psicosocial.
Frente económico.
Frente externo o diplomático.
Frente de defensa y seguridad.

Lo anterior es algo etéreo. Profundicemos.

1.- Frente interno, ciudadanía o psicosocial:
Está compuesto por:
a) Familia y sus valores como pilar fundamental de la sociedad, y por consiguiente, como base de la cohesión nacional.
  ¿Qué la afecta? Leyes: ESI, Autonomía Progresiva, Género, Anti-hombres,
                                        etc.

b) Educación escolar, Centro Formación Técnica o Universidad.
  ¿Qué la afecta? - Adoctrinamiento y preparación de artefactos explosivos en
                               los liceos emblemáticos.
                             - Tratamientos del MINSAL en los colegios, asociados a la
                               ESI.

c) La Historia Patria y el conocimiento, respeto y admiración de sus Héroes.

d) El sentimiento de patriotismo y de protección de la soberanía.

Por eso es que en los conflictos asimétricos con componentes híbridos propios de este siglo, la población es esencial, ya que es la encargada de generar la “post-verdad” que restaurará la legitimidad de las Instituciones del Estado, y del Estado de Derecho.

2.- Frente económico:
Está compuesto por:
a) Equilibrio micro y macroeconómico nacional.

b) Capacidad de generar acuerdos internacionales.

c) Capacidad de captar inversión extranjera.

d) Capacidad logística de alto nivel para los ámbitos Militar y civil (en forma separada o conjunta y combinada).

e) Apoyar la innovación, investigación y emprendimientos por medio del principio de subsidiariedad.

f) Brindar las medidas de seguridad interna para el libre flujo de mercaderías hasta los centros de venta final.

En definitiva, un gobierno que piensa en su población, no debe afectar el futuro previsional ni de salud, ni la seguridad para el libre emprendimiento, de su nación por la vía de malas medidas económicas.

3.- Frente externo o diplomático:
Es el nexo para el flujo de las informaciones y contactos económicos, culturales, comerciales, militares y policiales desde y hacia el exterior.
Debe ser integrado al sistema de “Inteligencia Estratégica Superior” del Estado.
Es parte esencial de la “propaganda” y “post-verdad” en situaciones de conflicto híbrido interno o externo.

4.- Frente de Defensa y Seguridad:
Carabineros de Chile.
Policía de Investigaciones de Chile.
Policía Marítima (Como organismo policial reconocido).
Gendarmería de Chile.
Ejército de Chile.
Armada de Chile.
Fuerza Aérea de Chile.

Con sus respectivos dispositivos y correspondientes Servicios de Inteligencia; los cuales deben ser contribuyentes al “Sistema Superior de Inteligencia” del Estado, junto con MINREL para la confección y distribución de la post-verdad gubernamental.

Las Instituciones y Organismos mencionados, están sujetos a la Constitución, las respectivas Leyes Orgánicas, y los Reglamentos internos respectivos.

Por otro lado, las izquierdas sudamericanas, tras abundantes derrotas en los 70’s, se han encargado de implantar la idea de que los “Agentes Estatales” son violadores de DD.HH., las FF.AA. y de Orden, están sujetas a intrincados “Tratados Internacionales vinculantes”, que obligan a los Estados a limitar el uso de la fuerza, utilizando como excusa la “asimetría” entre contendores.

Lo anterior significa que la CAM y el crimen organizado son fuerzas beligerantes “NO ESTATALES”, por consiguiente, no están sujetas a los “Tratados Internacionales” a los que sí están subyugadas las FF.AA. y de Orden.

Siguiendo la lógica antes descrita, si la CAM, agrupaciones similares, y el crimen organizado son actores beligerantes “no estatales”, nivelan su asimetría con respecto al Estado y su “legítima función de aplicar fuerza”, mediante el uso y abuso de los DD.HH.

Ello nos lleva a la anulación total de las FF.AA. y de Orden, y a la creación de ficciones jurídicas para la persecución y encarcelamiento de las Fuerzas del Orden.

Atte.
Pablo Thauby
Magíster en Ciencia Política.

miércoles, 20 de noviembre de 2024

Showman: Puesta en escena y banalidad politiquera.

Hace unos 5 o 6 años, me consideraba un fan de Milei, el showman que basureaba en la peor forma a “la casta”. En ese tiempo estaban en la presidencia de sus respectivos países Trump y Bolsonaro, otros showman que resultaban ser muy divertidos en sus formas “pachorreras y poco decorosas”.

Sin embargo, el trío en cuestión, no eran más que eso, un lote de “showman” que armaban su tramoya y hacían politiquería insolente, barata y que, en el caso de Trump y Bolsonaro, rayaba en lo autoritario. De más está decir que cuando planteo este tipo de cosas hay quienes me acusan de “amarillo-comunista” (un extraño insulto compuesto que politológicamente no tiene sentido).

Como sea, peor me va cuando planteo que, en el caso de Argentina, en mi modesta opinión, la mejor opción era el Partido NOS, ya que los miembros de ese movimiento, tienen algo que no existe en ninguna otra tienda política, y me refiero a la sensatez y la mesura que sólo te da haber participado en una guerra y haber salido vivo de tamaño desastre.

Como sea, hoy no estamos mucho mejor que hace 5 ó 6 años atrás.
En Argentina está Milei, cuyos logros y desaciertos sólo se podrán medir en la próxima elección presidencial, de gobernadores, del Congreso, etc.
Aquí, en Chile, tenemos a Boric y su lote “moralmente superior”, que se han llevado al país para la casa. Por otro lado, estamos a un año de las próximas elecciones presidenciales y de renovación de parte del Congreso, año en el que puede pasar cualquier cosa.
Entretanto, en EE.UU. Trump está amenazando con que hará muchas de las cosas que los mejores analistas internacionales esperaban que no hiciera.

Aunque, como mencionaba antes, me da lo mismo que me digan “amarillo-comunista”, ya que lo tomo de quien viene, lo relevante es que la sensatez y la cordura en política, se perdieron. Piensen ustedes que hay líderes como Putin y los Ayatolas iraníes que amenazan, con una soltura de cuerpo inaudita, con lanzar misiles con ojivas nucleares como quien amenaza con tirar un lápiz por la cabeza.

En definitiva, la banalidad politiquera y belicista que impera hoy por hoy a nivel mundial, regional y local, me recuerda a la hiperventilación de esos nacionalismos desenfrenados que, justificados o no, si lo analizamos a luz de lo que indica Hannah Arendt respecto a la banalidad del mal, movían a los países a comienzos de los locos años 30.

Atte.
Pablo Thauby
Magíster en Ciencia Política.

martes, 19 de noviembre de 2024

La generación “Peter Pan”.

Hace unos días vi un capítulo del programa Sin Filtros, en el cual la profesora Magdalena Merbilhaá arremetió contra los panelistas de izquierda mostrándoles un libro sobre la generación “Peter Pan”, esa generación millennial que se niega a crecer y madurar; en definitiva, a hacerse cargo de sí mismos, de sus vidas y del futuro de la Patria.

Si lo vemos en términos prácticos, tanto Boric como parte importante de la bancada de Diputados de izquierda radical, son millennials “Peter Pan”, lo que hoy entenderíamos como “woke”. Cuya visión táctica de la política se limita a lo que ocurre entre el ombligo y las rodillas, y al uso y abuso de alcohol y drogas duras.

En contrapartida, tenemos a una extrema derecha “Peter Pan”, con algunos exponentes minoritarios en la Cámara de Diputados y otros tantos en instancias extraparlamentarias, que se hace llamar “nueva derecha libertaria, patriota, conservadora y/o soberanista”, cuyo interés, también táctico, se limita a soluciones de parche cortoplacistas y radicales.

Ambos extremos, parten de una premisa común, es decir, que el gobierno de turno “haga algo” para que ellos recuperen su condición de bienestar económico, social, cultural, de seguridad, etc.

En el caso de los Peter Pan de izquierda, quieren que el Estado les resuelva la vida; mientras que los otros quieren, ya sea, un nuevo pronunciamiento militar, de tal manera que las FF.AA. les solucionen su existencia; o bien, buscan a un “líder mesiánico” tipo Trump, Bukele, Milei o Bolsonaro, por citar algunos, que los rescaten de su terrible miseria.

Si lo vemos en términos históricos, esa muchachada Peter Pan (de izquierda y derecha), no sería capaz de soportar la recepción, mucho menos dar cumplimiento a un telegrama como el que le envió Churchill al General de Brigada Nicholson destacado en Calais, que indicaba: “Cada hora que Ud. siga existiendo es de gran ayuda para la Fuerza Expedicionaria y la ejecución de “Dinamo”. Por tanto, el Gobierno ha decidido que Ud. debe seguir combatiendo; para eso, debe atraer los fuegos enemigos hacia su posición, de tal manera de darle un respiro al resto del Ejército estancado en Dunkerque. Sentimos la mayor admiración posible por su espléndida resistencia. Ud. no será evacuado”.

En definitiva, frente a una situación límite como la expuesta en el párrafo anterior es donde se mide el “verdadero patriotismo”, es decir, estar dispuesto a entregarlo todo por un fin mayor a sí mismo, a los intereses personales, partidistas, amiguistas, temores infundados o las asesorías y comentarios exagerados de malos “influencers”.

Atte.
Pablo Thauby
Magíster en Ciencia Política.

lunes, 18 de noviembre de 2024

La cultura woke. ¿Es una cultura de la nueva izquierda, una moda o el simple aprovechamiento de una moda para implementar una revolución?

Si hacemos un análisis serio de la secuencia acaecida en Chile desde el gobierno de Lagos, pasando por la “revolución pingüina” hasta el segundo gobierno de Bachelet con la nueva mayoría (que reincorporaba al PC a la política activa), tuvimos una seguidilla de actos permisivos relacionados con violencia estudiantil, azuzados por las protestas incesantes de agrupaciones gremiales y colegios profesionales controlados por la izquierda radical (PC) y terrorismo en el sur.

Hasta ese momento en la izquierda predominaban dos grandes grupos: “los autocomplacientes”, que estaban de acuerdo con la forma de hacer política bajo la conducción de la Concertación y con el modelo económico imperante dejado por el Gobierno de las FF.AA. y Carabineros de Chile; y por otro, estaban los “autoflagelantes”, es decir, aquellos que renegaban del entreguismo de los primeros con respecto a mantener vivos los ideales revolucionarios de Salvador Allende, y a completar su legado, es decir, ejecutar y consolidar la revolución.

Ahora bien, durante el segundo gobierno de Bachelet, y con el PC incorporado a la nueva mayoría, dentro de las instancias gubernamentales y en el Congreso, los autoflagelantes asumieron el control de la izquierda enviando a los autocomplacientes a los cuarteles de invierno por su falta de compromiso revolucionario.

Con ese escenario, se realiza la elección presidencial y de renovación de parte del Congreso a fines de 2017, mediante la cual Piñera y Guillier pasaron a segunda vuelta y en el Congreso, gracias a las maravillas del sistema proporcional, nos llenamos de frenteamplistas arrastrados por las listas respectivas, con el 1% de los votos o menos.

En tales circunstancias, Piñera llegó al poder. Con un Congreso en contra, con desmanes estudiantiles a una cuadra de la Moneda, con violencia y terrorismo entre la octava y décima regiones, con inmigración ilegal, con los delegados de la ACNUR y PNUD dictando cátedra, y la economía estancada, los brillantes legados de Bachelet que le permitieron conseguir el cargo de “Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos” -alto precio por un sillón-.

En el segundo año de gobierno de Piñera, específicamente octubre de 2019, se inició la ofensiva vandálica del 18-O, que según algunos: “no se vio venir”; sin embargo, por lo anteriormente expuesto, la realidad es que no lo quisimos ver.

Desde el 18-O y hasta comienzos del tercer trimestre de 2020, hubo escaramuzas y refriegas entre los “orcos” y las Policías y las FF.AA. durante los periodos de activación de Estados de Emergencia por excepción constitucional con motivo de la violencia urbana y rural existente. En ese contexto, los estados de emergencia se mantuvieron en Santiago y otras ciudades hasta el 2021 producto de la emergencia sanitaria mundial, y por la elección de convencionales y la realización del primer intento constitucional.

En ese contexto, es evidente que lo que mantuvo a raya a la “revuelta de octubre” fue “la política de encierros” del “General COV”.

Ante tamaña anomía y desarreglo psicológico, económico y moral, y con una ciudadanía esencialmente egoísta y autocentrada resultaba fácil imponer medidas populistas tan características del neomarxismo de Laclau y Mouffe, es decir, ese fascismo peronista de izquierda dura muy recargado en términos emocionales y que apela a la opresión de minorías.

Pues bien, esa lógica neomarxista que cautivó a algunas mentes débiles (wokismo versión chilensis) mientras Boric, Vallejo, Cariola, Winter y tantos otros, eran Diputados, perdió todo su glamour en el momento en que pasaron al gobierno en marzo de 2022.

De hecho, la caída del wokismo chileno comenzó con el viaje de Izkia Siches, ex ministra del interior, a Temu Cui Cui, una semana después que Boric asumiera el gobierno, “”territorio indígena liberado” controlado por la CAM”, del que fue sacada a balazos con armamento calibre 5.56mm, de uso militar.

Entretanto, el wokismo chileno fue una moda que duró poco más de tres años y no pudo contra el conservadurismo nacional. Por otro lado, la revolución que perseguían los autoflagelantes setenteros y el “wokismo” juvenil resultaron ser absolutamente incompatibles y no lograron congeniar en un ideario común que los condujera al logro de sus objetivos estratégicos, hacerse del poder.

En definitiva, tanto la derrota sobre la revolución como sobre el wokismo juvenil, y la anomía imperante son el desagradable resultado de una borrachera política espantosa que nos significará a lo menos diez años de esfuerzo, trabajo, sangre, sudor, y lágrimas para volver a recuperar el camino del desarrollo.

Atte.
Pablo Thauby
Magíster en Ciencia Política.

miércoles, 13 de noviembre de 2024

¿Bastará con rechazar una partida presupuestaria para evitar la hormonización infantil?

Estos últimos días hemos visto a diferentes Diputados de las bancadas de derecha indicando que ellos rechazaron la asignación presupuestaria para dicha actividad; no obstante, volvemos a la pregunta que titula esta columna:  ¿Bastará con rechazar una partida presupuestaria para evitar la hormonización de menores?

Para cualquier persona que no conoce como opera el sistema de contabilidad gubernamental chileno, y se guía por lo que le indican algunos congresistas, que tampoco lo conocen a cabalidad, probablemente se alegren por el hecho de que dicha restricción se haya aprobado dentro de la deliberación de la Ley de Presupuesto 2025.

Ahora bien, nuestro sistema de contabilidad gubernamental funciona en base a un catálogo de partidas, ítemes, asignaciones, algunas son de carácter específico y otras son de carácter general.

Ejemplo: 22 08 001, útiles de aseo de oficina.
               22 08 999, material de aseo en general.

Si lo anterior lo llevamos al caso de la hormonización infantil, la cual se realiza a través de medicamentos y vacunas específicos, en principio con la restricción de gasto bastaría para dejar esos procedimientos médicos sin efecto; sin embargo, si entramos en el ámbito de la “magia de la contabilidad gubernamental”, bastaría con una partida que permita procedimientos médicos de carácter general con uso de medicamentos y vacunas de uso genérico para baipasear la restricción presupuestaria y efectuar el gasto en hormonización.

Finalmente, que más quisiera yo que con la restricción sea suficiente; no obstante, sabiendo lo que se puede hacer con el sistema de contabilidad gubernamental nacional, tiendo a ser pesimista.

Atte.
Pablo Thauby
Magíster en Ciencia Política.

Como se confecciona el presupuesto de las FF.AA. (Parte 2)

Como vimos en el Blog anterior, el procedimiento presupuestario de las FF.AA. ha variado mucho desde el “retorno a la democracia”. Todo comenzó con la derogación de la Ley Reservada del Cobre, y continuó con un  mecanismo a 12 años que redujo en forma progresiva desde el 10% considerado en la Ley del Cobre hasta su eliminación definitiva. Posteriormente se aplicó un sistema de presupuestación anual y una fase adicional cada 4 años en que se asignaba un suple.


Finalmente, como indicábamos en el Blog anterior, llegamos a la figura actual, mediante la cual la DIPRES del Ministerio de Hacienda indica un “Marco Presupuestario” para cada rama de las FF.AA., situación que evidentemente las obliga a priorizar sus gastos entre una multiplicidad de necesidades; en definitiva, lo que definíamos como “dentro de marco” y el resto se indica como “fuera de marco”. Aquí es donde comienzan los “carteos” con la DIPRES para efectos para efectos de mostrar un “fuera de marco” relativamente reducido y aceptable para las deliberaciones en el Congreso.


Como también mencionamos en el Blog anterior, el “Marco Presupuestario” indicado por la DIPRES cada año se reduce más, comenzando las rebajas desde Bachellet I hasta ahora, ocurriendo las mayores en los dos gobiernos de Piñera. El motivo de dichas rebajas, obviamente, se limita a los intereses populistas o por amiguismo de los respectivos gobiernos de turno.


Otro elemento a considerar tiene que ver con lo queda “fuera de marco” en cada proceso  presupuestario anual, es decir,  si lo vemos en términos de corto plazo, tanto el “dentro como el fuera de marco” son relativamente reducidos al compararlos con el “Plan de Actividades para el año siguiente” y el “marco presupuestario” indicado por la DIPRES. Eso se debe a que lo más oneroso de lo que queda “fuera de marco”, como indicábamos con anterioridad, finalmente, se desplaza hacia el futuro. Ergo, el “fuera de marco” de largo plazo hace que el “Plan Estratégico Institucional” en vez de mantener su horizonte a 20 años, finalmente lo extienda a 25, 30, o más años, situación que merma seriamente la mantención de la capacidad mínima de disuasión y de preparación para misiones de apoyo a la comunidad, de salvaguarda de la vida humana, de asistencia y protección civil ante emergencias naturales y apoyo a zonas aisladas, entre otras cosas.


Atte.
Pablo Thauby
Magíster en Ciencia Política.