A lo largo de la historia se han dado miles de crisis y conflictos, y junto con ello nacieron todo tipo de ciencias aplicadas para su mejor ejecución y desarrollo.
Tales serían los casos de la Estrategia, la Táctica, la Logística, y el desarrollo y práctica de maniobras, entre otras cosas.
Ello implica que el uso del intelecto (la razón), es clave, por no decir vital, en la resolución de una crisis o el desarrollo de un conflicto. Mientras que la emocionalidad tiene una preponderancia relativa muy menor, casi irrelevante.
Lo anterior se debe a que la emocionalidad suele generar errores, sobretodo involuntarios, por malas decisiones, por errores de apreciación, por extremismos o actos de arrojo inútiles; y, finalmente, esos errores producen ataques innecesarios por no entender bien las cosas y por no destinar un par de segundos más al “pensamiento racional y reflexivo”.
En estos últimos cinco años, hemos presenciado varias actitudes y acciones desmedidas de ciudadanos fuera de control contra políticos y otros ciudadanos, simplemente porque sus dichos no satisfacían las demandas emocionales de sus auditorios y/o lectores.
Aquí vuelvo a lo que comentaba al inicio, en la guerra vence el que actúa en forma racional, pausada, con temple, en forma metódica, y dice lo que tiene que decir; y, por el contrario, el que entra a un conflicto movido por la emocionalidad y reacciona en forma visceral, está destinado a la derrota brutal y rotunda!!!!
Por favor, piensen sobre esto, y al que le caiga el poncho que se lo ponga.
Atte.
Pablo Thauby
Magíster en Ciencia Política
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