Como vimos en el Blog anterior, el procedimiento presupuestario de las FF.AA. ha variado mucho desde el “retorno a la democracia”. Todo comenzó con la derogación de la Ley Reservada del Cobre, y continuó con un mecanismo a 12 años que redujo en forma progresiva desde el 10% considerado en la Ley del Cobre hasta su eliminación definitiva. Posteriormente se aplicó un sistema de presupuestación anual y una fase adicional cada 4 años en que se asignaba un suple.
Finalmente, como indicábamos en el Blog anterior, llegamos a la figura actual, mediante la cual la DIPRES del Ministerio de Hacienda indica un “Marco Presupuestario” para cada rama de las FF.AA., situación que evidentemente las obliga a priorizar sus gastos entre una multiplicidad de necesidades; en definitiva, lo que definíamos como “dentro de marco” y el resto se indica como “fuera de marco”. Aquí es donde comienzan los “carteos” con la DIPRES para efectos para efectos de mostrar un “fuera de marco” relativamente reducido y aceptable para las deliberaciones en el Congreso.
Como también mencionamos en el Blog anterior, el “Marco Presupuestario” indicado por la DIPRES cada año se reduce más, comenzando las rebajas desde Bachellet I hasta ahora, ocurriendo las mayores en los dos gobiernos de Piñera. El motivo de dichas rebajas, obviamente, se limita a los intereses populistas o por amiguismo de los respectivos gobiernos de turno.
Otro elemento a considerar tiene que ver con lo queda “fuera de marco” en cada proceso presupuestario anual, es decir, si lo vemos en términos de corto plazo, tanto el “dentro como el fuera de marco” son relativamente reducidos al compararlos con el “Plan de Actividades para el año siguiente” y el “marco presupuestario” indicado por la DIPRES. Eso se debe a que lo más oneroso de lo que queda “fuera de marco”, como indicábamos con anterioridad, finalmente, se desplaza hacia el futuro. Ergo, el “fuera de marco” de largo plazo hace que el “Plan Estratégico Institucional” en vez de mantener su horizonte a 20 años, finalmente lo extienda a 25, 30, o más años, situación que merma seriamente la mantención de la capacidad mínima de disuasión y de preparación para misiones de apoyo a la comunidad, de salvaguarda de la vida humana, de asistencia y protección civil ante emergencias naturales y apoyo a zonas aisladas, entre otras cosas.
Atte.
Pablo Thauby
Magíster en Ciencia Política.
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