Si partimos de la base que nuestra sociedad está absolutamente polarizada, y que tanto por un lado como por el otro, estamos sujetos a un bombardeo constante y permanente por parte de los gurúes de moda que nos marean con sus discursos ultrones, dogmáticos y esencialmente electorales. Los de izquierda, llenos de utopías marxistas y anarquistas sin sentido, mientras que los de derecha, nos llenan de datos económicos y financieros sin ningún sustento valórico ni trascendente.
Como guinda de la torta, tienen a toda una leva de seguidores extremistas que no entienden ni uno ni otro mensaje pero que adhieren con unos u otros gurúes en forma inconsciente y ovejuna simplemente porque están de moda.
Aquí es donde se hace patente lo que menciona Ricardo Ramírez, director de la Fundación de Artistas Libres, en cuanto a que nuestra sociedad es esencialmente mediática, inmediata y movilizada por la emocionalidad y no por la racionalidad. Luego, la única manera lógica de salir de lo mencionado anteriormente, es mediante las diferentes formas de arte y por medio del estudio de las ciencias serias, ya que ellas evocan emociones que enaltecen el espíritu y permiten recuperar la temática valórica y trascendente.
Teniendo en consideración lo anteriormente expuesto, rápidamente nos damos cuenta que el transhumanismo anti valórico hace nata en nuestro país en forma transversal y la muestra más clara es que estamos en este enredo constitucional, siendo que los problemas sociales se resuelven con buenas políticas públicas.
Como corolario, podemos mencionar que, no siempre lo que está de moda soluciona los problemas reales de la sociedad, sino que la historia ha demostrado que cuando una nación entra en crisis lo primero es recuperar los valores y principios éticos y morales que sustentan y sostienen a esa sociedad, de tal manera de dar, posteriormente, una buena batalla en la arena política.
Pablo Thauby
Magíster en Ciencia Política, Academia de Guerra Naval, Chile.
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