Hablemos de la anomia en la sociedad civil !!
En estos últimos tres años algunas personas, principalmente jóvenes, han caído víctimas de la anomia sin darse cuenta siquiera, hasta llegar al punto de repetir como un mantra el título de la presente columna.
Convengamos que dicho comentario no necesariamente tiene que ver con la valentía de la persona, sino que, como mencionaba en el párrafo precedente, tiene que ver con la anomia imperante.
En ese contexto, la anomia se define como la ausencia de autoridad; y, por consiguiente, como la falta de respeto y desobediencia hacia todo lo que implique cumplimiento de obligaciones y responsabilidades.
Ahora bien, es un hecho de la causa que cuando una sociedad cae en esa “enfermedad”, cuesta un mundo recuperarla. Analicemos el triste caso de los jóvenes identificados como: “Ninis (Ni estudio, ni trabajo), Millennials, Centennials, y Generaciones X, Y, Z, y no se cuantas letras más)”.
Esos extraños seres vivos, se definen a sí mismos como: “Seres de luz y bendiciones, amantes de los unicornios (de distintos colores, dependiendo de sus preferencias sexuales y estado de animo), gamers, veganos, amistosos con el medio ambiente y los animales, se consideran grandes inversores (por tener tres chauchas en criptomonedas), y, finalmente, se definen como luchadores sociales en busca de sí mismos, de la igualdad, de la dignidad, y de la paz mundial. Si todo lo anterior, que en principio suena muy bonito y esperanzador, lo llevamos a una palabra, esa sería: ANOMIA!!!!
Si lo pensamos, la anomia tiene un costo inmenso, establecido por lo que hemos vivido estos últimos tres años; no obstante, ese sueño infantil más temprano que tarde choca inexorablemente con la realidad. Basta con ver la actitud de los extraños seres antes descritos, en cuanto a su enojo y frustración frente al gobierno de “Peter Pan” (Boric).
Es evidente que los jóvenes que votaron por Boric, esperaban vivir en el mundo de fantasía de “Bilz y Pap”, donde la plata crece en los árboles por un simple acto de voluntarismo, en el que no tienen por qué levantarse temprano, someterse a horarios, y a la rigidez desmedida de ese ser insoportable y exigente denominado: “Jefe”, y en el que existe un “ser supremo” (el Estado) que les resuelve la vida, toma decisiones por ellos, y borra los errores con la magia de la palabra (recordemos que Boric vive diciendo que el relato crea realidad).
Pero, oh sorpresa, la anomia juvenil no acaba en los votantes de Boric, también se da entre algunos seguidores de las ideas de derecha y de la libertad, y la podemos encontrar entre los jóvenes que sueñan con un nuevo Pronunciamiento, en que un ser omnipresente denominado: “Ejército”, sin importar en la práctica la rama uniformada en cuestión, les resuelva la vida, tome decisiones por ellos, corrija sus errores y cumpla sus interminables demandas con la magia de una bota.
Finalmente, y sin perjuicio de lo anterior, este último año en particular, afortunadamente, ha surgido con fuerza inusitada una nueva camada de jóvenes, menores de 18 años, que están hastiados de la flojera, comodidad y simpleza mental de los lotes juveniles antes mencionados… Dios quiera que no pierdan el impulso!!!
Atte.
Pablo Thauby.
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