martes, 27 de diciembre de 2022

Visita a Punta Peuco.

Hoy fui a Punta Peuco a visitar a un grupo de Oficiales y SubOficiales que tengo el privilegio de conocer desde muy niño. Se trata de un grupo de personas cuyo “único pecado” verificado, por llamarlo de alguna manera, fue salvar a nuestro país de una guerra civil y de una dictadura marxista; y lo planteo de esa manera, ya que en lo que a materia penal se refiere, fueron privados de libertad por el conocido “arte de la prevaricación judicial”, bajo modestas “ficciones leguleyas” que permiten orquestar la eterna odiosidad de la izquierda chilena apoyada por la ya conocida “derechita cobarde”.

Fue grato ver a esos distinguidos caballeros, no tan sólo por el hecho de rememorar viejas historias de Punta Arenas y Valparaíso, donde conocí a la mayoría de ellos; sino que lo principal fue constatar, una vez más, su entereza y buen estado de ánimo… cosas que por más que la izquierda se esfuerce, porfiadamente, en tratar de quebrar nunca podrá lograrlo; y la razón para ello es muy simple, gente mediocre, indisciplinada y sin principios éticos ni morales como la de izquierda no logra siquiera entender a gente que sí tiene, respeta y se rige por esos principios y valores.

En esos Oficiales y SubOficiales se hace patente y se personifica la trilogía que algunas personas repiten como un modesto “mantra político” y que otros convirtieron en una liviana suerte de ideología, me refiero en específico a la expresión compuesta por las palabras: “Dios, Patria y Familia”.  Esa trilogía es la que define al buen ciudadano, que lo guía y lo impulsa a superar las dificultades, a movilizarse para vencer la odiosidad de sus captores y a mantenerse firme en sus principios, creencias y convicciones.

Lo anterior explica el por qué de los fracasos de la izquierda. Es decir, la izquierda sigue la lógica de imponer su ideología a través del terror, del odio, de la violencia y de la destrucción; no obstante, la trilogía antes mencionada, supera con creces la postura negativa y destructiva de la izquierda, y eso es lo que permite que nuestros militares y policías prisioneros políticos mantengan el buen ánimo y la entereza.

Antes de terminar, le pediría que se haga el firme propósito de ir a Punta Peuco, Colina 1 o San Joaquín a visitar a estas personas, no cuesta nada y créame que su visita será una tremenda inyección de ánimo para ellos, ya que eso les permite sentirse y saberse apoyados y acompañados.

Atte.
Pablo Thauby.

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