miércoles, 26 de octubre de 2022

El desastre de Dunkerque, y el sacrificio de Calais.

Como recordaremos, la participación Británica en Francia, al inicio de la Segunda Guerra Mundial, fue marcada por la indecisión y la improvisación.

Los errores estratégicos, tácticos y logísticos producto de la falta de órdenes claras, la falta de coordinación entre los Mandos franceses e ingleses; y todo ello sumado a la obsolescencia de los medios disponibles, obligaron a los bretones a una permanente acción defensiva y de repliegues tácticos hasta quedar finalmente atrapados en Dunkerque sin vía de escape.

En tales circunstancias, Londres comenzó a dar las órdenes en forma remota.  Para ello, Churchill dispuso la creación y activación de la Operación Dínamo, que consistía en preparar a toda embarcación, mayor o menor, disponible en Inglaterra para proceder a la evacuación del Ejército desde las playas francesas donde estaban inmóviles y como patos en el agua.

De tal manera que la operación de evacuación resultara exitosa, era necesario desviar la atención alemana hacia un sector ajeno a Dunkerque. Para ello, Churchill dispuso el envió a Calais de una pequeña División para que atrajera el fuego germano.

La orden de Churchill al Comandante de esa División, fue: “Atraiga el fuego enemigo a su posición. No permita que se acerquen a Dunkerque. La evacuación tiene máxima prioridad. Ud no será evacuado. Inglaterra depende de ustedes y de su mayor esfuerzo”.

Cuando el “Jefe” te da una orden como esa, entran en acción una mezcla de obligaciones militares y emociones, muy difíciles de describir, y que en el mejor de los casos las podríamos sintetizar en expresiones militares, tales como: honor, decisión, disciplina, voluntad de lucha, cumplimiento del deber y carácter.  Esa División combatió con bravura, valentía y valor, y en cosa de días fue diezmada; no obstante, su sacrificio significó un gran respiro para efectos de la realización de “Dínamo”.

Esos son los líderes políticos que queremos en Chile, que den las disposiciones que nadie se atreve a dar y que estén dispuestos a poner el pellejo en la línea por los intereses nacionales.  La gran duda, es: ¿habrá políticos así en nuestro país?!

Atte.
Pablo Thauby.

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