miércoles, 20 de noviembre de 2024

Showman: Puesta en escena y banalidad politiquera.

Hace unos 5 o 6 años, me consideraba un fan de Milei, el showman que basureaba en la peor forma a “la casta”. En ese tiempo estaban en la presidencia de sus respectivos países Trump y Bolsonaro, otros showman que resultaban ser muy divertidos en sus formas “pachorreras y poco decorosas”.

Sin embargo, el trío en cuestión, no eran más que eso, un lote de “showman” que armaban su tramoya y hacían politiquería insolente, barata y que, en el caso de Trump y Bolsonaro, rayaba en lo autoritario. De más está decir que cuando planteo este tipo de cosas hay quienes me acusan de “amarillo-comunista” (un extraño insulto compuesto que politológicamente no tiene sentido).

Como sea, peor me va cuando planteo que, en el caso de Argentina, en mi modesta opinión, la mejor opción era el Partido NOS, ya que los miembros de ese movimiento, tienen algo que no existe en ninguna otra tienda política, y me refiero a la sensatez y la mesura que sólo te da haber participado en una guerra y haber salido vivo de tamaño desastre.

Como sea, hoy no estamos mucho mejor que hace 5 ó 6 años atrás.
En Argentina está Milei, cuyos logros y desaciertos sólo se podrán medir en la próxima elección presidencial, de gobernadores, del Congreso, etc.
Aquí, en Chile, tenemos a Boric y su lote “moralmente superior”, que se han llevado al país para la casa. Por otro lado, estamos a un año de las próximas elecciones presidenciales y de renovación de parte del Congreso, año en el que puede pasar cualquier cosa.
Entretanto, en EE.UU. Trump está amenazando con que hará muchas de las cosas que los mejores analistas internacionales esperaban que no hiciera.

Aunque, como mencionaba antes, me da lo mismo que me digan “amarillo-comunista”, ya que lo tomo de quien viene, lo relevante es que la sensatez y la cordura en política, se perdieron. Piensen ustedes que hay líderes como Putin y los Ayatolas iraníes que amenazan, con una soltura de cuerpo inaudita, con lanzar misiles con ojivas nucleares como quien amenaza con tirar un lápiz por la cabeza.

En definitiva, la banalidad politiquera y belicista que impera hoy por hoy a nivel mundial, regional y local, me recuerda a la hiperventilación de esos nacionalismos desenfrenados que, justificados o no, si lo analizamos a luz de lo que indica Hannah Arendt respecto a la banalidad del mal, movían a los países a comienzos de los locos años 30.

Atte.
Pablo Thauby
Magíster en Ciencia Política.

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