La Constitución está suficientemente segura por los 4/7.

Ya lo dice el viejo tango Cambalache: “(…) Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor. Ignorante, sabio o chorro, pretencioso estafador. Todo es igual, nada es mejor. Lo mismo un burro que un gran profesor (…)”

Durante la dura batalla cultural ganada los días 04 de sept. de 2022 y 17 de diciembre de 2023 por los seguidores de las ideas sensatas, en la cual, en reiteradas ocasiones, se indicó que el quorum de los 4/7 no bastaba para que la actual Carta Magna se mantuviera intacta, el tiempo determinó que nuestra postura era correcta, 4/7 era un dato fácilmente alcanzable.

El tiempo, afortunadamente, nos dio la razón -para bien-, ya que los políticos de sectores sensatos, llegaron a un acuerdo que permitirá modificar materias relativas al sistema político de la Constitución actual, incorporando elementos del “Capítulo de Sistema Político” del proyecto de nueva constitución que, lamentablemente, fue descartada en diciembre pasado.

Las materias en cuestión, tienen que ver con la eliminación de los díscolos, es decir, aquellos que llegan a un cargo político avalados por un partido, y que a poco andar renuncian a dicha tienda argumentando diferencias doctrinales irreconciliables. Por otro lado, busca eliminar a todos los partidos que tengan baja militancia, y, por consiguiente, baja representatividad, acercándose con ello a lo que fue el antiguo sistema binominal (tender hacia el centro, la moderación de posturas y a la sensatez). Los aspectos antes mencionados, lejos de constituirse en un escollo para la democracia, logran justamente lo contrario, darle mayor seriedad, estabilidad y gobernabilidad a las diferentes instancias de poder.

Hoy, algunos, recordamos con tristeza el grito de combate que lanzaron muchas personas el 18-O y días siguientes: “(…) es que no lo vi venir (…)”. Lo anterior se debe a que hoy día hay varios que vuelven a gritarlo, con motivo de estos cambios a la Constitución, al ver que la sensatez cada día que pasa gana más espacios en la esfera pública, mientras que los espacios de la lucha agonal y dogmática, de suma cero, se reducen.

Atte.
Pablo Thauby
Magíster en Ciencia Política