La trascendencia de esa batalla son las dos moralejas que nos da.
Por un lado, nos enseña la importancia de asumir la responsabilidad por la defensa de la Patria y su soberanía, desde el inicio del conflicto.
Por otro lado, nos enseña que la cobardía tiene un precio altísimo.
La primera defensa griega fue desarrollada por el Reino de Esparta; mientras Atenas, polis poco valiente y amante de conversación, debatía incansablemente respecto de que hacer frente a la agresión Persa, pero sin decidirse a entrar en acción. ¿No les recuerda esto a las eternas conversaciones en extensos videos de YouTube o largos hilos en redes sociales?!
Brillante fue la defensa peninsular por parte de los 300 espartanos, defensa que los llevó a los anales de la historia por sus convicciones y valentía; mientras que Atenas pasó a la historia como una nación de gente cobarde y timorata, ya que sólo después de varias derrotas consecutivas se decidió a luchar con todo lo que tenía en Marathón, y si en vez de triunfar hubieran sido nuevamente derrotados, habrían caído esclavos de Persia.
No caigamos en el mismo ateniense!!!
Atte.
Pablo Thauby
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