La guerra híbrida que aqueja a nuestro país continúa su avance sin demoras, mediante el debilitamiento constante y progresivo de la institucionalidad, de la economía y de la moral nacional.
La guerra híbrida en cuestión incluye una Maniobra de “Lasitud” que afecta directamente a la derecha. Como sabemos, las maniobras de lasitud se caracterizan por la inacción, falta de compromiso, temor, nacionalismos, patriotismos y lealtades mal entendidas producto de la aparición de caudillos, no particularmente valientes pero muy ideologizados, etc.; como resultado de la anomia y de la ignorancia imperantes.
Es en esas condiciones que adquieren preponderancia las teorías políticas de extrema derecha de corte neofascista y posfascista.
En ese contexto, como buenos seguidores de corrientes fascistas, transmiten un mensaje vociferante, violento, segregacionista y nacionalista, pero sin propuestas de solución real a los problemas (puro y simple populismo de extrema derecha).
En definitiva, al igual que la izquierda radical, se limitan a exacerbar los ánimos pero sin establecer ningún objetivo estratégico que los sustente.
En definitiva, la aparición de caudillos neo y posfascistas sólo beneficia a la izquierda radical, ya que su relato es funcional a los objetivos revolucionarios, es decir, se aumenta el grado de antagonismo social, sin ningún beneficio al intelecto ni espacio al efectivo debate de ideas (batalla cultural).
Lo anteriormente expuesto, es otra maniobra de la cual se vale la izquierda radical para ejecutar la guerra híbrida que aplica en nuestro país.
Atte.
Pablo Thauby
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