Tal como hemos planteado en otros Blogs, para entender la lógica que utiliza la izquierda para demoler a las sociedades en las que intenta infiltrarse para capturar el poder, el punto de partida es analizar el camino y la forma en que se realizaron las diferentes “guerras revolucionarias”.
Si analizamos las dos primeras (la revolución rusa, la revolución china), fueron guerras civiles que estuvieron marcadas por el enfrentamiento de dos facciones armadas y con muy poca injerencia internacional, y en las que intervino principalmente la elite respectiva con algún grado de participación ciudadana.
En el caso de la revolución rusa, las FF.AA. venían de vuelta de una derrota mayúscula en la guerra ruso/japonesa y la elite política y monárquica estaba muy desprestigiada por la mencionada derrota. Mientras que la alicaída economía no permitía satisfacer las necesidades de la población.
Lo anterior tuvo como resultado el quiebre social y militar que devino en la revolución.
En el caso de China, con posterioridad a la segunda guerra mundial, el Emperador era una figura decorativa. El poder lo detentaba Chiang Kai-shek, líder del Kuomintang (fundado en 1911), partido de corte nacionalista (de derechas), y el Partido Comunista Chino era una colectividad que se había afianzado y se había hecho fuerte desde 1924, con motivo de la guerra civil.
La revolución comunista de 1949 vino a poner fin a la guerra civil iniciada el año ‘24, con la derrota y huida de Chiang Kai-shek y sus seguidores a Taiwán, territorio en el que contaban con la seguridad “tácita” de las bases militares, aéreas y navales norteamericanas destacadas en Japón y las Filipinas, como asimismo, por las británicas en su ex colonia de Hong Kong.
La Guerra de Korea tuvo una diferencia con respecto a las guerras anteriores, en el sentido que fue una guerra entre dos países, Korea del Norte y Korea del Sur, con sus respectivos aliados internacionales.
Por un lado combatía Korea del Norte apoyado por la Unión Soviética y China; mientras que el otro bando estaba conformado por Korea del Sur y sus aliados occidentales (EE.UU., Australia, Bélgica, Luxemburgo, Canadá, Etiopía, Francia, Gran Bretaña, Grecia, Países Bajos, Nueva Zelanda, Filipinas, Sudáfrica, Dinamarca, India, Suecia, Tailandia, Turquía y Colombia).
Esa Guerra fue la primera vez en que se enfrentaban ambos bloques de la Guerra Fría en una guerra convencional a gran escala, constituyéndose en el primer choque entre las ideologías imperantes (socialismo centralista V/S democracia capitalista).
Dicho conflicto terminó en un empate militar entre ambos bloques; no obstante, en el largo plazo, fue una victoria descomunal para Korea del Sur en materia económica, de desarrollo social y de libertad.
La Guerra de Vietnam marcó un punto de inflexión en la conducción de las Guerras Revolucionarias, ya que incorporó elementos que nunca antes se habían aplicado en este tipo de conflictos.
Hablamos de la utilización intensiva de guerrillas (Frente de Liberación de Vietnam o Vietcong), el uso de la delincuencia común y las narco bandas para desestabilizar al gobierno, el adoctrinamiento marxista infantil y juvenil en zonas rurales y suburbanas de Vietnam del Sur. Y lo más relevante fue la incorporación de las doctrinas depravadas de Fucault de tal manera de romper la moral de la población del Sur, país con gran raigambre familiar, de tal manera de quebrar su voluntad de lucha.
Las acciones militares del Ejército Regular del Norte, se limitaron a zonas fronterizas y ataques a las bases aliadas establecidas en la zona desmilitarizada del paralelo 17. Luego, el desgaste del Ejército del Norte era bajísimo en comparación con su contraparte del Sur y sus aliados de occidente, los cuales debían sofocar los ataques del Vietcong y mantener el orden público interno, lo que implicaba un alto número de bajas.
La Ofensiva del Tet, marcó un antes y un después en la guerra. El Vietcong fue prácticamente diezmado y de ahí en más en Ejército del Norte asumió el control de la guerra. La Ofensiva en cuestión, además, hizo sonar todas las alertas en la Fuerza Multinacional liderada por EE.UU. que apoyaba a Vietnam del Sur, en el sentido que Vietnam era un caso perdido y era cosa de tiempo para que Saigón cayera.
Las guerras revolucionarias que siguieron fueron un calco de la Guerra de Vietnam, y ese “Plan” se sigue aplicando hasta hoy.
La única diferencia conceptual entre las antiguas guerras revolucionarias y las actuales, es que la “clase trabajadora” ya no existe; ergo, fue cambiada por minorías.
Por otro lado, hoy, a las políticas depravadas de Fucault (asociadas a la autonomía progresiva, la ESI y la perversión infantil y juvenil) se agregaron las teorías de género, la auto percepción, el indigenismo, el animalismo, y el ambientalismo y cambio climático; las cuales a lo largo de estos últimos cuatro años pudimos constatar que no lograron penetrar en nuestra sociedad, salvo en una “minoría” juvenil hiperventilada y despegada de la realidad.
Finalmente, sin perjuicio de los cambios a nivel filosófico, que desconozco hacia donde puedan derivar, lo relevante es que en el ámbito militar no ha cambiado nada desde Vietnam.
Atte.
Pablo Thauby
Magíster en Ciencia Política
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